JARDINES COLGANTES DE BABILONIA

JARDINES COLGANTES DE BABILONIA

Construidos en el siglo VI a. C.  aproximadamente, los jardines colgantes de babilonia se encontraban en la ciudad de Babilonia, actualmente Iraq y fueron  erigidos por orden del poderoso rey Nabucodonosor II.  Se encontraban junto al palacio real y en las márgenes del río, desde donde podían ser apreciados por los habitantes y los viajeros que llegaban a la capital del Imperio.
Estos jardines estaban a la orilla del río Éufrates y tan solo el rey y la Corte podían admirarlos, ya que el pueblo llano tenía totalmente prohibida la entrada en los terrenos. Ya que los jardines no se conservan, todo lo que sabemos acerca de ellos se basa en relatos e historias.
La construcción de estos jardines consistía en una serie de terrazas de piedra que se sostenían por amplias arcadas, de tal forma que, al verlo desde abajo, el jardín suspendido pareciese una alta escalinata rebosante de flores. 
Hacia el año 600 A. C., Nabucodonosor II, rey de los caldeos, quiso hacer a su esposa Amytis, hija del rey de los medos, un regalo que demostrara su amor por ella y le recordara las hermosas montañas de su florida tierra, tan diferentes de las grandes llanuras de la mítica ciudad de Babilonia.

Realmente estos jardines no eran colgantes. Su nombre se debe a una mala traducción y realmente su significado quiere decir más bien "saliente", o en todo caso balcón. Jardines en terrazas que subían de forma escalonada y, soportados por grandes y gruesos muros de carga con grandes arcos.



Desde la más alta de las terrazas se situaba un depósito de agua desde el cual corrían varios arroyos.Los jardines se realizan junto a la orilla para que así, los viajeros que tienen prohibida la entrada a la ciudad puedan contemplar la magnifica construcción, al poder visualizarse las copas de los árboles desde cualquier punto de la ciudad, incluso desde fuera de las dobles murallas de la ciudad.
Construidos en una base de piedra de unos 120 metros cuadrados. Varías terrazas escalonadas que se elevaban hasta 50 codos (24 metros aproximadamente).
Aún no se sabe si existieron o no ya que no aparecen en escritos babilonios ni tampoco el historiador Heródoto los mencionó.




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